El aspirante demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, ha agradecido al ex secretario de Estado Colin Powell su respaldo al ofrecerle que sea uno de sus asesores si gana las elecciones en una entrevista con la cadena de televisión NBC.
El secretario de Estado durante el primer mandato del actual presidente George W. Bush denunció, por otro lado, algunas de las tácticas negativas utilizadas por la campaña del candidato republicano John McCain. Criticó, también, la selección de Sarah Palin para la Vicepresidencia, al argumentar que no está "preparada para ser presidente" y sustituir a McCain si fuera necesario.
El respaldo del ex jefe de la diplomacia estadounidense y ex jefe del Estado Mayor Conjunto a la candidatura de Obama es objeto de debate político entre los analistas del país que tratan de determinar el posible impacto de ese apoyo a solo 15 días de la cita con las urnas el próximo 4 de noviembre.
Los analistas lo ven como un gran golpe
Para la revista Politico es posible que "ayude a Obama a convencer a los escépticos de centro que dudan de que esté preparado para hacer frente a los desafíos del puesto de comandante en jefe, al tiempo que resta fuerza al argumento de McCain de que él está mejor preparado en los temas de seguridad nacional".
Para el diario The Wall Street Journal la noticia representa "la última señal de que el Partido Republicano se está fracturando ante la presión a la que se ve sometida la campaña".
En ese contexto, Mark Halperin, de la revista Time, destaca que la ventaja "indiscutible" de Powell aborta cualquier posibilidad de que McCain pueda ganar el ciclo informativo en los próximos días, que se centrará, según el columnista, en las repercusiones del apoyo de Powell.
Por contra, influyentes comentaristas conservadores como Rush Limbaugh minimizaron también el apoyo y distintos republicanos lo vincularon con una revancha de Powell por sus tensas relaciones con Bush.
Powell fue una de las voces más moderadas durante el primer mandato de Bush pero se convirtió en una figura polémica tras defender ante Naciones Unidas, en 2003, la invasión de Irak. Posteriormente se demostró que las pruebas presentadas ante la ONU habían sido fruto de una inteligencia fallida. Powell se refirió después a ese episodio como una "mancha" en su historial.
Pese al fatídico episodio, Powell y su larga trayectoria militar y política gozan de buena reputación en el país, tras trascender que había accedido a comparecer ante la ONU en última instancia y conocerse que había expresado objeciones sobre las pruebas a presentar.
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